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La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
quien, siendo Dios,
no consideró que debía aferrarse
a las prerrogativas de su condición divina,
sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo
tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo
y por obediencia aceptó incluso la muerte,
y una muerte de cruz.
(Flp 2:5-8)

Tener la misma actitud de Cristo . . . es decir, tener el mismo corazón de Cristo es la meta de ser discípulo. Queremos aceptar la cruz no como deber . . . sino aceptarla por el amor, igual al Sagrado Corazón de Jesús. Queremos imitar a Jesús que se anonadó a si mismo, para que Cristo viva en nosotros.

La foto de hoy es de la Cruz de San Damiano que ya está en la Basílica de Santa Clara en Asís.