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Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt 9:36-38)

Algunos piensan que la crisis vocacional en la iglesia de hoy es el resultado de las reformas, especialmente las reforms litúrgicas, del Segundo Concilio Vaticano (1962-1965). Eso es pura tontería. Desde el inicio de la iglesia, siempre ha sido una crisis de vocaciones—nunca ha sido suficientes trabajadores para las mies. Como el Papa Francisco dice: lo que necesitamos no es una gran cantidad de pastores, sino pastores que huelen a las ovejas.