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La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía. Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. (Hechos 4:32-37)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040924.cfm
Esa primera comunidad no suena como un apoyo al capitalismo o al mercado libre. Se parece mucho a una comuna. Tal vez, la fe en el Señor resucitado no consista en adelantarse a los vecinos o hacerse con unos ahorros para la jubilación, sino en cuidar de las viudas y los huérfanos, de los pobres y de los que nadie quiere acoger.