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Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt 2:1-12)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010724.cfm
¿Cuál es el regalo que llevamos al Niño Dios? ¿Es sólo nuestro corazón, o también la fuerza, las manos, los pies y el cerebro? Porque si sólo le damos nuestro corazón . . . lo más probable es que pase frío, hambre y sin techo el resto del año.