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Un día, mientras los esperaba en Atenas, Pablo sentía que la indignación se apoderaba de él, al contemplar la ciudad llena de ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y dijo: "Atenienses: Por lo que veo, ustedes son en extremo religiosos. Al recorrer la ciudad y contemplar sus monumentos, encontré un altar con esta inscripción: 'Al Dios desconocido'. Pues bien, yo vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo.” (Hch 17:15, 22-18:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/051723.cfm
Es interesante que Pablo no comienza reprendiendo a los atenienses por su multiplicidad de dioses y templos, sino que alaba su naturaleza religiosa y comienza a compartir con ellos la Buena Nueva. La foto de hoy es del Areópago de Atenas con vistas a los templos de la Acrópolis.