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“Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan la justicia; que la tierra se abra y haga germinar la salvación y que brote juntamente la justicia. Yo, el Señor, he creado todo esto”. (Is 456c,-8, 18, 21c-25)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121422.cfm
El Salmo Responsorial nos invita a rezar: ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo! La obra de justicia es obra de Dios. Estamos llamados a participar en llevar la creación a su cumplimiento. El Adviento nos prepara para la venida del Justo mientras celebramos su nacimiento entre nosotros. Proclamamos lo que hemos visto y oído: que en Cristo la misericordia y la verdad se han encontrado, la justicia y la paz se han besado. San Juan de la Cruz (1542-1591) enseñó a la iglesia que las emociones pueden llevarnos a Dios a través de la oración y la contemplación. Se refirió a Dios como “Amado mío”.