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Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. El se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien. (Ti 2:1-8, 11-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/110822.cfm
Nuestra fe nos invita a vivir de una manera digna de nuestra vocación, a ser justos, sobrios y devotos, porque hemos sido amados infinitamente y ahora vivimos en la esperanza.