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Hermanas y hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado. Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. (1 Cor 2:1-5)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/082922.cfm
Como dice la liturgia, “Tú, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio; por Cristo, Señor nuestro".
La Pasión de Juan Bautista prefigura la Pasión de Jesús. Como quien prepara el camino del Señor, San Juan Bautista lo prepara incluso con su muerte.