Imprimir

Una nube ingente de testigos nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata, y corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús. (Heb 12:1-4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081422.cfm
La gran nube de testigos: que importante es la historia de aquellos que nos han precedido en Cristo. Contamos sus historias sabiendo que un día nosotros también ocuparemos nuestro lugar en esa gran nube. ¿Quién entonces contará nuestras historias?