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Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. (Mt 14:13-21)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080122.cfm
“Denles ustedes mismos de comer” ha sido siempre el trabajo de la iglesia. El centro mismo de nuestra fe es la Eucaristía, la Cena del Señor, la comida que satisface las más profundas hambres de la familia humana. Como nos dice el escritor del evangelio: “Todos comieron y se saciaron”. La oración de auto-ofrenda de San Alfonso forma parte de sus meditaciones sobre el Vía Crucis: “Te amo, Jesús. Me arrepiento de mis pecados. Ayúdame a nunca más pecar y amarte siempre y hacer tu voluntad”.