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Espántense, cielos, de ello, horrorícense y pásmense, –palabra del Señor–, porque dos maldades ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí, manantial de aguas vivas, y se hicieron cisternas rotas, que no retienen el agua’ ”. (Jer 2:1-3, 7-8, 12-13)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/072122.cfm
Cisternas rotas que no retienen agua . . . una descripción bastante buena de nosotros cuando nuestra vida espiritual se agota. Como nos recuerda el salmista: “Tu eres, Señor, la fuente de la vida”. Con razón Jesús le dice a la samaritana, “el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna”. La imagen de hoy es de la Fuente de la Vida Eterna en Cleveland, Ohio.