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Jesús envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió.
(Lc 9:51-62)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/062622.cfm
Jesús tiene que reprender a sus sanguinarios discípulos. Desafortunadamente, en todas las épocas aquellos han existido, y si permanecemos en silencio y no los reprendemos nosotros mismos, entonces habremos fallado como discípulos de Jesús.