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Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?” Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas. (Lc 2:41-51)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/062522.cfm
Ayer celebramos el Sagrado Corazón de Jesús, hoy el Inmaculado Corazón de María, dos corazones unidos en la vida, dos corazones unidos por toda la eternidad en el amor de Dios, dos corazones que laten como uno solo.