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Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil . . . Yo las apacentaré en la justicia. (Ez 34:11-16)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/062422.cfm
La devoción al Corazón de Cristo nos invita a contemplar la humanidad del Buen Pastor y así entrar en el corazón mismo de Dios. Y así la iglesia nos enseña a orar: Oh Sagrado Corazón de Jesús, haz nuestros corazones semejantes al tuyo. Como dicen los jóvenes: “Dame tu Corazón y toma el mío”.