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Por aquel entonces, Atalía, madre del rey Ocozías, viendo que había muerto su hijo, decidió exterminar a toda la familia real. Pero Yehosebá, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a su sobrino Joás y lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey, cuando los estaban asesinando, para ocultarlo de Atalía. Escondió al niño y a su nodriza, y así el niño pudo escapar de la muerte. Seis años estuvo oculto con ella en el templo del Señor, y entre tanto Atalía reinó en el país. (2 Reyes 11:1-4, 9-18, 20)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/061722.cfm
Cuando yo era un niño, la historia del rey-niño, Joás, cautivó mi imaginación: esconderse en el templo del Señor hasta que estuviera listo para recibir la corona.